PROTECCIÓN EMPRESAS POR

PÉRDIDA DE SOCIO CLAVE

LA VALORACIÓN DE LA LIQUIDACIÓN DE LA EMPRESA

PROTECCIÓN EMPRESAS POR

FUGA O CESE DE TALENTO

LA VINCULACIÓN DE EMPLEADOS CLAVE

PROTECCIÓN EMPRESAS POR

PÉRDIDA DE SOCIOS CLAVE

EL SANEAMIENTO DEL BALANCE

« La pérdida de un socio clave puede tener consecuencias para ​el devenir de la actividad de la empresa y, en ocasiones, la ​imposibilidad de seguir en el mercado

«En determinadas ocasiones, la mejor alternativa es abordar un ​proceso ordenado de liquidación. Para ello es vital que la ​empresas (no sus socios) cuente con recursos suficientes para ​hacer frente a la misma

«Para una gestión estratégica eficiente y garantista es necesario ​valorar sus costes.

Una estructura de protección adecuada permite financiar el ​proceso de liquidación sin necesidad de que los socios lo ​sufraguen con su patrimonio personal o familiar

« Las personas son el principal activo de las empresas que ​permiten realizar su propuesta de valor en un mercado tan ​competitivo

«Las exigencias de nuevo talento requiere la gestión de nuevos ​conceptos relacionados con el compromiso y la rentabilidad ​personal

«La pérdida de talento es uno de los principales riesgos ​identificados por las empresas en la actualidad y es necesario ​tenerlo identificado y valorado.

Las empresas deben protegerse de su pérdida a través de una ​estructura de protección que permita garantizar la continuidad ​de sus actividades

« El estado financiero de un gran número de empresas presentan ​un alto endeudamiento que supone para sus socios un riesgo ​frenta a la lérdida de un Socio Clave.»

«Conviene conocer el fondo de maniobra corporativo para hacer ​frente a sus obligaciones a corto plazo identificando la deuda ​(con acreedores y proveedores) que no está asegurada por el ​fallecimiento de un socio.»

«Es factible dotarse de una estructura de protección que permita ​“sanear” el balance y ganar “tiempo y oxígeno” para reformular ​la propuesta de valor de la empresa.»

PROTECCIÓN EMPRESAS POR

PÉRDIDA DE SOCIO CLAVE

LA VALORACIÓN DE LA LIQUIDACIÓN DE LA EMPRESA

« La pérdida de un socio clave puede tener consecuencias para ​el devenir de la actividad de la empresa y, en ocasiones, la ​imposibilidad de seguir en el mercado

«En determinadas ocasiones, la mejor alternativa es abordar un ​proceso ordenado de liquidación. Para ello es vital que la ​empresas (no sus socios) cuente con recursos suficientes para ​hacer frente a la misma

«Para una gestión estratégica eficiente y garantista es necesario ​valorar sus costes.

Una estructura de protección adecuada permite financiar el ​proceso de liquidación sin necesidad de que los socios lo ​sufraguen con su patrimonio personal o familiar.

Son muchas las circunstancias que pueden afectar a la “marcha” de la empresa y una de ellas es la pérdida de un socio que sea ​clave o relevante para la consecución de los objetivos de negocio. El fallecimiento o la incapacidad permanente de ese socio ​genera, en un tejido empresarial como el nuestro, notables consecuencias para el devenir de la actividad y, en algunas ​ocasiones, la imposibilidad de seguir en el mercado. Por ejemplo, los socios de sociedades unipersonales o los socios que ​aportan al negocio un porcentaje determinante de las ventas.


En estos casos, y pese a que el objetivo de todos los grupos de interés de la empresa (socios, familiares de los socios, ​empleados, colaboradores, proveedores, acreedores, inversores, administraciones públicas…) es conseguir su continuidad , la ​realidad es que en determinadas ocasiones la mejor (o menos mala) alternativa, pasa por el hecho de que los socios supérstites o ​la familia del socio fallecido aborden un proceso de liquidación ordenada. Para ello es vital que la empresa (no sus socios) cuente ​con recursos suficientes para hacer frente a la misma y no tengan que ser los socios los que sufragan el proceso de liquidación ​con su patrimonio personal o familiar.


Un proceso de liquidación afecta a los dos bloques del balance de la empresa; por un lado, en su activo se debe proceder a ​confirmar si la valoración contable de todas sus partidas se ajusta al valor actual de mercado (en especial, algunos de los ​capítulos del activo no corriente: el inmovilizado intangible o el inmovilizado material -terrenos o construcciones-). Por otro, en el ​pasivo podemos encontrarnos con distintas circunstancias:


    • Pasivos no contabilizados. Existen situaciones que pese a suponer una posibilidad más o menos cierta de compromisos ​de pago a futuro de la empresa no se suelen contabilizar (el pasivo laboral derivado de la obligación de indemnizar a ​los empleados en el caso de cierre patronal o supuestos en los que no se ha dotado la pertinente provisión para riesgos ​que el Plan General Contable exige -por ejemplo, por una reclamación hecha por un cliente al que le hemos ocasionado ​un perjuicio-).
    • Pasivos contabilizados. El pasivo se estructura en función del plazo en el que resulte exigible (no corriente -a más de 12 ​meses- y corriente -a menos de 12 meses). Conviene en este punto conocer el fondo de maniobra corporativo para hacer ​frente a sus obligaciones a corto plazo, así como identificar la deuda (con acreedores y proveedores) que no está ​asegurada por el fallecimiento de un socio.


Para que la gestión estratégica del riesgo en el ámbito de la empresa sea eficiente y garantista, es conveniente valorar los costes ​asociados a este tipo de procesos y asegurarnos de contar con recursos suficientes para hacerles frente. Una estructura de ​protección (seguros de vida en los que la beneficiaria sea la empresa) que cubra a la empresa tras el fallecimiento o la ​incapacidad permanente de un socio clave permite financiar todo aquello que la empresa “no pueda o no quiera” pagar.

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FUGA O CESE DE TALENTO

LA VINCULACIÓN DE EMPLEADOS CLAVE

« Las personas son el principal activo de las empresas que ​permiten realizar su propuesta de valor en un mercado tan ​competitivo

«Las exigencias de nuevo talento requiere la gestión de nuevos ​conceptos relacionados con el compromiso y la rentabilidad ​personal

«La pérdida de talento es uno de los principales riesgos ​identificados por las empresas en la actualidad y es necesario ​tenerlo identificado y valorado.

Las empresas deben protegerse de su pérdida a través de una ​estructura de protección que permita garantizar la continuidad de ​sus actividades

Una empresa se puede definir como una unidad económico-social integrada por elementos humanos, materiales, y técnicos.


Los riesgos que amenazan la continuidad de la actividad empresarial pueden depender de elementos externos o internos. En el ​ámbito interno, con carácter general, las personas son el “principal activo” de las empresas, así como el elemento que permite en ​primera instancia disponer de una propuesta de valor diferencial en un mercado tan competitivo como el actual. Una propuesta ​de valor diferencial es la herramienta más eficiente para garantizar la continuidad empresarial.


Loa riesgos relacionados con las personas que pueden suponer la pérdida de talento y un impacto en la continuidad de la ​empresa, son considerados como uno de los principales riesgos en la actualidad. La gestión del Talento debe constituir un eje ​estratégico que permita estar en todo momento en disposición de poder ofrecer el nivel de confianza requerido por todos sus ​grupos de interés.


Muchas de las “buenas empresas” se definen por el talento que son capaces de atraer, emplear, potenciar y retener. La gestión ​del talento contempla iniciativas como las que siguen:


    • Establecer criterios y procesos de selección e integración garantistas.
    • Proponer planes de desarrollo profesional.
    • Definir una política de retribución dineraria y en especie acorde a los perfiles del equipo.
    • Diseñar retribuciones no económicas que forman parte del salario emocional.
    • Impulsar las habilidades personales y profesionales.
    • Implementar políticas de conciliación.
    • Generar un clima laboral favorable.
    • Promover una comunicación fluida entre todos los miembros del equipo.


En cualquier caso, las “exigencias del nuevo talento” plantean un giro en su expectativa de retorno al comprometerse con una ​empresa (“proyecto profesional” versus “puesto de trabajo”), lo que genera la necesidad de transformar la política retributiva ​primando los nuevos conceptos relacionados con el compromiso y la rentabilidad personal.


La pérdida del talento es, por tanto, un riesgo que conviene tener debidamente identificado y valorado; la consecución de los ​objetivos estratégicos requiere que las empresas cuenten con personas (talento) suficientes y debidamente capacitadas. Las ​empresas deben protegerse de la pérdida (por fallecimiento, incapacidad permanente, cese o fuga) de su “talento” a través de ​una estructura de protección que evite impactos relevantes en sus cuentas de resultados y, en definitiva, permita garantizar la ​continuidad de sus actividades.

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PÉRDIDA DE SOCIOS CLAVE:

EL SANEAMIENTO DEL BALANCE

« El estado financiero de un gran número de empresas presentan ​un alto endeudamiento que supone para sus socios un riesgo ​frenta a la lérdida de un Socio Clave.»

«Conviene conocer el fondo de maniobra corporativo para hacer ​frente a sus obligaciones a corto plazo identificando la deuda ​(con acreedores y proveedores) que no está asegurada por el ​fallecimiento de un socio.»

«Es factible dotarse de una estructura de protección que permita ​“sanear” el balance y ganar “tiempo y oxígeno” para reformular ​la propuesta de valor de la empresa.»

El tejido empresarial español se caracteriza por estar integrado por empresas de reducida dimensión (el 97% de las ​mismas facturan menos de 2 millones de euros y el 95% emplean a menos de 9 trabajadores) y con un escaso nivel de ​capitalización (en muchos casos las empresas, no sus socios, no cuentan con recursos suficientes para hacer frente a las ​oportunidades y riesgos que su actividad o su sector generan.


A su vez, las estructuras societarias de las mismas suelen presentar sociedades con 1, 2 o 3 socios, lo que significa que la ​propiedad, el gobierno y la gestión y, en definitiva, la toma de decisión tiene un alto nivel de concentración; si “perdemos” ​a alguno de ellos, la empresa se enfrenta a riesgos que normalmente no están ni valorados ni siquiera identificados y el ​socio o socios supérstites se tienen que enfocar una situación sustancialmente diferente y que puede afectar muy seriamente ​a la consecución de los objetivos de negocio y, en algunos casos, a un escenario de disolución y liquidación plagado de ​incertidumbres.


El estado financiero de un gran número de empresas (en España las empresas presentan una deuda con el sector ​financiero superior a 960.000 millones de euros) y su alto endeudamiento supone para sus socios un riesgo que puede ​adquirir una dimensión inasumible en el caso de la pérdida de aquel que pueda ser ciertamente relevante para la ​obtención de los ingresos o de los márgenes.


Resulta, por ello, de capital importancia, identificar si la empresa tiene el citado riesgo, así como valorar las consecuencias ​económicas que para el devenir de la empresa y su cuenta de resultados pueda generar.


En el caso de que efectivamente se pueda contar con algún socio “clave”, se deberá, en primer lugar, analizar la deuda ​que se tenga así como su tipología (corriente y no corriente) y origen (acreedores y proveedores). El pasivo de una ​empresa se estructura en función del plazo en el que resulte exigible (no corriente -a más de 12 meses- y corriente -a menos ​de 12 meses). Conviene en este punto conocer el fondo de maniobra corporativo para hacer frente a sus obligaciones a ​corto plazo, así como identificar la deuda (con acreedores y proveedores) que no está asegurada por el fallecimiento de un ​socio.


En segundo lugar, si el socio o socios supérstites consideran que la continuidad de la empresa puede verse comprometida ​porque, tras perder “a su socio clave”, se puede llegar a reducir la capacidad de generar recursos y, en consecuencia, la ​de devolución de su deuda, una alternativa más que razonable puede ser dotarse de una estructura de protección (seguros ​de vida con asegurado el socio clave y beneficiaria la empresa) que permita “sanear” el balance (amortizar la deuda) y ​ganar “tiempo y oxígeno” para reformular la propuesta de valor con un cierto grado de fiabilidad y confort.


Estamos trabajando para crear un sitio en ​​el que profesionales y empresas puedan ​disponer de informaciones y herramientas ​útiles para identificar, valorar y controlar ​los riesgos que pueden afectar a la ​continuidad de sus actividades o a sus ​cuentas de resultados.